Sé que voy un poco retrasada con el tema de los pestiños, pero es que los he hecho ya porque lo tenía como asunto pendiente, como otras recetas que hay por ahí.
A estos dulces les tengo un cariño especial porque siempre que los veo por alguna parte, me recuerdan a mi madre. Desde que tengo uso de razón los hace y yo los devoro. Empiezas probándolos recién fritos y pasados por el azúcar : "Mari, aún no, que te vas a quemar!!! " y luego, cuando ya están templaditos y los coloca encima de la mesa del comedor porque en la cocina nos le cabe, del sofá a la mesa mi padre y yo vamos dando paseos. Nos comemos uno "Mmmm, hoy te han salido más buenos que la otra vez"... mi padre dice mientras engulle un pestiño con otro en la mano. - "Sí..., es que menuda cocinera que estas echa" Yo, claro esta, haciendo un poco la pelota para que no me riña al picar otro más. - "Anda ya, y comeros los que queráis pero dejad para mañana que aún estarán más buenos" Y mi madre tenía razón, al día siguiente estaban más sabrosos, y al otro y al otro... No se pasaban los pestiños.
Bueno, os dejo la receta... Que sepáis que estoy revelando uno de los tesoros de la familia, los pestiños de María. La receta esta en la mitad de las cocinas de Mataró y del pueblo, sin contar, la que a su vez han pasado las demás a otras personas. Pensareis que no tienen nada de especial, pero para mi si y os prometo que todo el mundo que los prueba se queda sorprendido y con ganas de más ...
Ingredientes
2 huevos
1 vaso de aceite de oliva frito
cascara de un limón
1 1/2 vaso vino blanco
1 cucharada pequeña canela molida
1 sobre levadura tipo "Royal"
50 gr. ajolín tostado (Si tenéis del crudo, se fríe en aceite)
550 gr apróx. harina
Azúcar para rebozar
Aceite de girasol para freir
Preparación
- En un bol batimos los dos huevos y le añadimos el vaso de aceite frito previamente en una sartén y con la cascara de un limón, cuando esté frío.(la cascara se tira, claro)
- Añadimos el vaso y medio de vino blanco, la cucharada de canela, la levadura y el ajolín. Si lo tenéis crudo, se fríe en una sartén, poco rato porque se quema muy rápido y no esta bueno porque deja un sabor rancio.
- Se añade la harina la que admita. He calculado más o menos 500 gr., pero id echándola poco a poco, hasta que os quede una masa que no esté dura, que se pueda manejar facilmente.
- Dejar reposar mínimo dos horas dentro de una bolsa de plástico
- Pasado el tiempo, echar en una sartén bastante aceite de girasol y mientras se calienta, amasamos la masa hasta dejarla bien fina, lo más que se pueda, pero que al cortarla y cogerla del mármol no se rompa. Contra más fina, más crujiente será el pestiño.
- Una vez frito el pestiño se reboza en el azúcar
Y ya esta, listo para comer... Bueno, esperad a que se enfríe un poco... Hasta luego!
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